sábado, marzo 22

No es real, es romántico

No es real, es romántico

Escribimos de amor porque no lo entendemos, porque nos pone nervioso, nos obliga a conocer a tus amigos— y eso cansa, es como una prueba de eliminación de reality. Tú te emborrachas y te pones romántico. Yo tengo ganas de sodomizarte más en la mañana que a la hora en que supuestamente debemos dormir, aunque nos demoremos varios minutos en nuestro sobajeo a oscuras. Como no somos vampiros, inventamos los “besos silenciosos” para hacernos creer que nadie escuchará en la pieza de al lado. Y a mí me gusta hacerte cariño bajo las mesas, besarte en pasajes oscuros de santiago, tocarte hasta que me digas que es suficiente. Y en cambio a ti te basta con contarme la historia de amor con tu mejor amiga, hacerte el hetero cuando creíste ver a tu vecino en el bar o tomarme la mano en alguna calle durante la mañana cuando la gente aún tiene sueño y cree que no es tan cierto eso de ver a dos hombres abrazados en una despedida. Y te basta con responderme que no pasa nada cuando yo te digo que no puedo tener una relación, que me da miedo. Como si estuviera enfermo, como si fuera inválido de afecto. Te cuento la historia de que los celos hacen daño, que me gustaría verte besándote con otro, que no quiero ser parte de otro culebrón de pareja donde tú me engañas con mi mejor amigo y donde yo debo hacer un escándalo. Pero yo no sirvo para esos papeles, cuando suceda esa escena en la que yo te pilló en el baño con labios pintados de semen, yo me quedaré con los brazos cruzados, te seguiré amando en silencio, lloraré en mi baño a solas y estaré seguro que el amor no es hecho para mí. Insistiré en que el amor es un método de USA para mantener a la gente ajena de sus problemas, aunque a ti te guste besarme en la calle pero no en los bares. Y sí, lo único que quedan son escenas pre-fabricadas: la del día de lluvia en que te puse mi chaqueta para que no te mojarás mientras escuchábamos Morrisey, tú me recuerdas cuando te imito y la vez en que me quedé dormido en la escalera y escuchamos a una mujer decir que no había nada más aburrido que follar con el hijo.

A veces vale la pena esperar 1 hora al chico que te gusta porque es culto y no piensa sólo en sexo, a pesar de que no sepas por qué se junta contigo, por qué te besa y te mete la mano en la entrepierna y amasa tus nalgas y te diga que el sexo es sucio, que el besarse es traspasarse un escupo con cariño, que el semen y otras secreciones son tabúes, nada más. Y es que no es delicado para hablar de amor, porque para él el amor es sucio, solitario, dudoso, renacentista. Para él el sentimiento está en la frase que dices con alcohol y que él anota en su agenda con forma de corazón, desesperado para no perder la emoción de esa frase que dice que aunque todo lo que pasó entre nosotros no es real, es romántico. Ahora eres su musa. Luego como su mamá incestuosa y sobreprotectora que se enoja porque la postea en tu cuenta de Facebook y no en su fotolog. Y eso te enoja, te hace decirme que no pasa nada.